Minuto

Con tan poquito pinole se ahogan

By junio 23, 2021No Comments

Minuto 

Por CHAVA PORTILLO

Realmente no sé ni que pensar.  Cuando escucho las estériles discusiones porque muchos aficionados gritan en el estadio futbolero el ¡eeeeeh, puto! Al principio me causó gracia y luego hasta llegué a la carcajada porque no es posible que una nación teniendo asuntos de mayor relevancia que un grito definido como homofóbico ocupe nuestro tiempo causando disgusto y primeras páginas de los medios.

Se requiere tener mente pequeña y coeficiente intelectual del tamaño de un alpistle para perseguir, castigar a una federación y por ende a su afición para dedicarle tiempo y espacio como el que nos ocupa en este momento porque un grupo se divierte gritando en el estadio, que ahora que se han dado cuenta el malestar causado, con mayor razón reiteran su divertida manifestación calificada de insulto.

Hace un buen tiempo que no caliento un asiento en la plaza de toros donde aparte de la “Chucha” grotesco afeminado hacía su entrada vitoreada faltando cinco minutos para que se escuchara el “cielo andaluz” partiendo plaza los toreros, cuando Jesús castañuelas ruidosas en mano cotejaban su principio de su jota aragonesa, dar un par de verónicas con un sarape  y sentarse para que iniciara la corrida, aplaudiendo toda la afición la ocurrencia.   Entiendo que el personaje pasó a mejor vida y no hubo remplazo.

También aquel gritón simpatiquísimo que cuando había silencio a mitad del festejo, gritaba a todo pulmón con una voz destacada en los agudos: “chinguen a su madre los de aquel lado” recibiendo como respuesta una carcajada sonora de toda la concurrencia que celebraba la ocurrencia.

Nadie se molestaba, todos lo aceptaban como lo que significa, una broma y parte del mismo decorado y esencia del ambiente casi siempre aderezado con alcohol y humo de un tiparillo de los que acostumbran fumar los taurinos de ocasión con su inseparable sombrero cordobés emulando al Ing. Canales.

El día del juego de tigres o rayados es fiesta familiar, los de hueso colorado se disfrazan y no duermen pensando en cómo va a ganar el equipo de sus amores y nadie llega al estadio con la intención de burlarse del portero, hacer referencia a la preferencia sexual del contrincante o interesarse por si el aficionado del equipo visitante es muy macho o es muy puto.

La federación de futbol ha creado una tempestad en un vaso de agua haciendo saber y asustando con el petate del muerto que pagará una multa millonaria amenazando que si se repite, la selección jugará a puerta cerrada con la posibilidad de que el equipo nacional no asista al mundial, a los juegos olímpicos o los campeonatos de la sub 21, o 23.

A otro perro con ese hueso.   La afición azteca deja muchos millones de dólares en las taquillas, en los pagos por evento, los esquilmos y chucherías que los genios de la mercadotecnia les embuten a los pobres infelices que se quedarán sin comer, pero sin la camiseta de la selección, nunca.

No le hagan al faquir, el jueguito que se inventó en Inglaterra y que en nuestro país lo puso en boga Emilio Azcárraga Milmo es un mundo comercial del tamaño del cielo y no por unos inadaptados se va ir al basurero dejando a la industria del entretenimiento en el abismo. minutochavaportillo@gmail.com