Minuto

El lenguaje inclusivo y la paridad de género

By septiembre 21, 2021No Comments

Minuto

Por CHAVA PORTILLO

Soy de los convencidos que algunas ocasiones se intenta valorar más el caldo que las albóndigas.  Ese nuevo padecimiento en que se ha convertido la utilización “correcta” del lenguaje español de ser inclusivo al definir un muro inquebrantable de los sexos, porque ahora todo será él y ella, niño y niña, hombre y mujer, secretario y secretaria dándole un peso específico e importancia lo que se ubica en medio de las piernas.

Los puritanos o feministas exigen hoy que hasta en la práctica reminiscencia modernista de sustituir con la universal @ en lugar de las vocales como niñ@s refiriendo ambos sexos lo consideran ofensa, obligando la disyuntiva obligada de niños y niñas, no en si las palabras que su terminación es con E, como estudiante, paciente, practicante o docente ya que fonéticamente acusaría un barbarismo al referir: “la pacienta que está viendo la practicanta es docenta de este instituto y no estudianta del salón”

¿Para que tanto brinco estando el suelo tan parejo?   Intentar ser más papistas que el papa es aberración supina y es una manifestación utilizada desde que el pobre diablo de Vicente Fox como presidente puso de moda en sus alocuciones que por pleitesía y adoración monárquica el pueblo le parecía sano.

Utilizar el “Ciudadanos” es más que suficiente y no hacer la distinción obligada por una ausencia de seguridad en la guerra de los sexos, que deberían de utilizar su tiempo y esfuerzo en manifestaciones más útiles.

La equidad de género en la política, para continuar con esa vaina, es un nuevo valor que nos ha traído la mal interpretada “democracia” porque ahora, debiendo ser todo parejo y equitativo la repartición de los botines de guerra deberán ser siempre mitad hombre y mitad mujer, más allá de las capacidades nueronales.   ¡Y ese es el problema! 

Pregunto, ¿qué va a pasar cuando los miembros de la LGBT exijan su pedazo de pastel en la repartición del tesoro?     ¿Y los campesinos?  ¿y los chaparros, o los morenos o los calvos? ¿No habría que pensar que los viejos tenemos derecho a ser escuchados? Y más allá en esa repartición de candidaturas a lo que sea, ¿los cristianos, sabatistas, protestantes y masones no deberían tener ganado asiento lugar y tabla en esta lotería?

Los partidos políticos deberían tener atención al momento de afiliar a los que mañana serán pretensos a un puesto de elección popular ya que por obligación tendrían que incluir a TODOS los miembros de sus organismos.

¡No me cuadra para nada!   Si se requiere de cuarenta y dos legisladores y se tienen esa misma cantidad de mujeres brillantes, deberían de ser el total de féminas y no dar oportunidad al incluir varones y viceversa.

No es la primera ocasión que denunciamos esa tropelía.  La distinción es una regla de tres simple directa, jamás una inversamente proporcional, ya que la selección es valorando lo que se encuentra en medio de las orejas y nunca en medio de las piernas.

minutochavaportillo@gmail.com