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Las tres mentiras del mexicano

By enero 25, 2022No Comments

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CHAVA PORTILLO

Quién no recuerde o sepa las tres mentiras desde siempre del mexicano se las recordaré, aunque habría que ir pensando en modificarlas o aumentarlas.    Mañana te pago, nomás la puntita y la última y nos vamos, son un monumento al ingenio y la diatriba excelsa del riquísimo vocabulario, reconocido en el mundo entero, sacándole el partido que los españoles jamás hubieran sido capaces de enriquecer.

Recibí del acervo cultural y archivo de mi amigo RMA que disimulo su identidad completa por carecer de autorización para decirlo, el resumen del presidente López el primero de diciembre del 2018 ante un auditorio repleto con un discurso que, la verdad, este día a mí que soy crítico acido del cocodrilo, me entusiasmó a sabiendas que son mentiras viles y cochinas.

Abrió su retórica con algo que pudiera apreciarse sensato y congruente: “ténganme paciencia y confianza”     “las estancias infantiles se mantendrán”  “lo importante es brindar a los mexicanos atención médica y medicamentos gratuitos”     “vamos a bajar los precios de los combustibles”   “Se va a acabar la corrupción” “ no habrá amiguismo, influyentismo, nepotismo” “las compras de gobierno se harán consolidadas” “los contratos para las obras” habrá un auténtico estado de derecho

“Ya no va haber moches”, “el lunes, se va el avión presidencial”. “Fuentes de energía renovable, impulsaremos la eólica, solar, en tres años terminará la saturación del aeropuerto Benito Juárez y estará listo el de Santa Lucía con vialidades, pistas y operando, nos ahorraremos cien mil millones de pesos, no habrá guerra, se terminará la violencia en las calles, nunca el gobernó aplicará acusaciones a periodistas”.     “La autonomía en la justicia será una realidad, jamás un presidente ordenará a la fiscalía qué hacer”

“Ténganme paciencia y confianza” Hermosa frase si estuviera preñada de realidades excelsas e ilusiones plausibles.   Pero no, todo fue mentira y falsedad como ha sucedido con los otros presidentes y me preguntó: ¿Qué lo haría diferente?     ¿Por qué debería ser de otra manera?   ¿Es marciano, tiene ocho patas, cinco ojos?

No es más que un mentiroso vil y demagogo, es el clásico merolico de feria que nos esconde la bolita entre las tres tapaderas y no habremos de encontrarla jamás porque la bolita está hábilmente escondida en los dedos de la mano doblada recordando el adagio universal del mago, cien manos pueden hacer, lo que mil ojos no pueden ver.

Es el mismo parlanchín callejero que a mí me engañó cuando tenía cinco años y le esperaba horas enteras para ver la serpiente que se comería a un cristiano que nunca sucedía porque lo que él necesitaba era captar la atención de los curiosos para venderles la pomada de los callos o la vitamina para hacer crecer el pelo.  Lo mismo que ahora venden las televisoras como el ajo negro, los menjurjes milagrosos o el jabón para quitar la sarna y hace crecer la libido y enloquecer a las ninfómanas.

Ese es López Obrador, el que nos quiere vender el testamento, el que quiere nombrar un@ albacea, el que recordamos todos los días que nos recuerdan que la refinería costará el 54% más y que nos acordamos mucho de su madrecita santa cuando cargamos gasolina o buscamos donde quedó el Seguro Popular.

minutochavaportillo@gmail.com