Minuto
CHAVA PORTILLO
Hace algunos años critiqué feroz a Doroteo Treviño, funcionario que trabajaba en CONAGUA, mismo que hoy depende de Agua y Drenaje de Monterrey aunque despacha en la oficinas que le asignó Juan Ignacio Barragán, está claro que la paraestatal que pomposamente se define como IPD -Integrated Projet Delivery- después de formar parte de un Consejo que rinde cuentas al gobierno de Nuevo León, lo hemos repetido contadas versiones, las decisiones de AyD se realizan en CONAGUA tomando en consideración la óptica de la secretaría de gobernación y obvio, la de palacio nacional.
La razón es elemental, en un juego tramposo del presidente López le arrebató las directrices de la empresa que maneja el agua en el estado y le hace creer que es el gobernador el que dice y ordena, para que, en tiempos de elección, sirva como un acicate como lo es la limosna que otorga a los venerables ancianos bimestralmente. Un voto…es un voto
Pero bueno, estábamos con Doroteo Treviño que acostumbraba aparecer en los noticiarios y predecir el tiempo, aunque con sinceridad, no le atinaba nunca, salvo obviedades. Fueron tiempos pasados y si no le creíamos al sujeto en cuestión, a Mauro Morales y menos a Abimael Salas padre, e hijo, menos le vamos a dar crédito a las chavitas que hicieron popular la sección del “piernóstico” del tiempo, donde lo importante es deleitar la pupila a los caballeros libidinosos que poco se enteran de lo que va a pasar con tal de estarle viendo la epidermis a las aspirantes del mundo del vodevil.
¿Alguien se ha puesto a analizar que durante los últimos cuarenta días la madre naturaleza nos ha bendecido con una generosa cantidad de agua? Ha llovido de manera poco usual cuando los pronósticos por parte del neófito Barragán eran que nos aguardaba una sequía feroz y que hasta la segunda semana de septiembre habría el milagro de ver unas cuantas gotas que nos refrescarían el alma.
Tal vez esa es la visión y la misión del encargado de despacho de AyD para que nos tenga en la tenebrosidad de que nos vamos a morir de sed y que más vale portarnos bien para que papá gobierno se apiade de nuestras almas y abra el grifo del vital líquido.
Simplemente el domingo tarde-noche, cuando celebrábamos el triunfo de los Tigres llovió en toda el área metropolitana por espacio de dos horas diez minutos un caudal difícil de cuantificar. Por razones de actividad personal me trasladé de Santiago a Monterrey sin dejar de llover un segundo. Sin embargo, el día siguiente el alcalde de aquella población salió a declarar que la presa La boca se encontraba al 47% de su llenado y no existía esperanza alguna para que los comerciantes tuvieran mejores adagios.
Primero enseña David de la Peña su novatez y no entiende que toda el agua que está lloviendo en la sierra madre en paralelo a la carretera nacional tendrá que bajar por escurrimientos para aliviar el faltante.
Ahí es donde salta la duda, ¿porqué el misterio? Que está pasando con toda el agua que ha llovido que ha sido bastante. Si usted tiene la oportunidad de caminar las veredas detrás del Barrial, los Cavazos, Los Fierros, Santiago, el Cercado, el Álamo podrá darse cuenta que hay humedad de sobra y los mantos acuíferos están en plenitud.
Algo está pasando y no nos quieren decir. minutochavaportillo@gmail.com