Minuto
Por CHAVA PORTILLO
Abordaré mi relato de tres temas de manera particular, primero ofreciendo una disculpa, segundo brindando una advertencia a un obstinado lector ofendido por mis frases relacionadas al disgusto que han generado las acciones del gobierno del cocodrilo López y termino por las medidas del bronco Heliodoro seguramente asesorado por su adalid médico maestre donde reposan las decisiones que el gobernador tiene que informar y ordenar a Juan ciudadano.
En mi editorial en días pasados hice una pésima redacción intentando referir que la unión entre los que conforman ciertas familias como los Garza Lagüera descendientes de don Eugenio Garza Sada semejaban un muégano por lo edulcorado y unificado de su gremio comparándolo con los masones o los judíos de una manera inadecuada, siendo que esa amalgama de esfuerzos reconocida en el mundo lo homogéneo de su estructura social.
Jamás pasó por mi mente hacerlo de manera peyorativa, sino al contrario. Reconozco mi ligereza y absurda redacción, así es que solicito a Rogelio Ayala sea portavoz como lo fue de ellos de mis disculpas sinceras.
La advertencia que pudiera convertirse en mensaje es para Víctor Flores que en una relación sado-masoquista entre lector y reportero en diversas ocasiones me refiere su descontento y muína al dar cuenta de mis letras sobre todo cuando escribo del cocodrilo mayor el presidente López diciendo entre otras “linduras” ya no degrade la imagen del mandatario, que mis críticas son cada vez menos agraciadas y que mis frases son expresiones payasas y estúpidas.
Refiere don Víctor que tengo mente estúpida y una que otra expresión arremetiendo contra mi persona, haciendo notar su veneración e idolatría al señor López, de lo cual reconozco su gran entusiasmo y bondad -para mí- inmerecidas por sus palabras que pensaría que si el presidente tuviera una cantidad mayor de personas que le alaben con esta fascinación y fanatismo, el país entero nos convertiríamos en creyentes de la 4ª. transformación.
La extraordinaria ventaja que existe en la democracia que hasta hoy no ha intentado quitarnos el mandatario, es la manifestación de libertad que nos brinda el control remoto para cambiar de canal en la televisión, como la elegibilidad de abrir la página del diario impreso o las benditas redes sociales, que por algo son benditas, seleccionando en el menú la opción de pasar al frío apartado de “indeseable” y bloquear las ofertas de lectura.
Así es que señor Flores, para dar por terminado el mal momento que le brindo y los epítetos a este maturrango, sugiero me ponga en los correos no deseados y sigamos nuestro andar, porque ni usted me va a convencer que el presidente López ha sido buen gobernante y que no pretende por una consulta amañada re-elegirse por segundo período, ni yo lo voy a hacer entender que el noventa por ciento de sus decisiones han sido un atraso en la intención de desear un país mejor que el que estamos sufriendo más allá de la excusa del jinete apocalíptico que ha significado la pandemia. Hasta ahí.
Desde peque recuerdo que los padecimientos eran incómodos pero peor los remedios. Quién no recuerda el aceite de ricino, la Emulsión de Scott, las purgas o las lavativas, ya no digamos las inyecciones de aceite o la B12 que además del dolorosísimo piquete te quedaba la pierna entumida. Pero había que hacer de tripas corazón.
Las medidas de los cierres son tan dolorosas como la hipodérmica, pero más vale un rato de dolor que una muerte mañana.
A nadie nos agrada que nos cierren un súper o que no se venda carne, mucho menos la “nefasta” ley seca, así sea por un par de horas, pero un hijo se da cuando la patria lo pide y si no lo entendemos ahorita, mañana nos dolerá más, como aquel magnífico promocional que hablaba de la vacuna contra la polio. “si a usted olvida vacunar a su hijo, a él, no se le olvidará nunca”
No le aflojes gobernador, a muchos les duele, la medicina es amarga…pero cura.
minutochavaportillo@gmail.com