Minuto
Por CHAVA PORTILLO
Cuando criticamos de todo al cocodrilo mayor intentábamos que su terquedad y obcecación no llegara a los límites de la soberbia y atrevimiento de cuchilear a su ridículo perro chihuahueño, porque no podríamos calificarlo de bravo mastín, a que informara urbi et orbi que ningún mortal tuviera la osadía de cotizar, comprar y surtir vacunas para intentar detener el apocalíptico microbio covid 19 que nos trae por la calle de la amargura.
Pero un rayo de esperanza que fue más grande que su insolencia lo hizo remendar la plana al badulaque consentido roquero, poeta y vacacionista de playas oaxaqueñas, López-Gatell revirando para decirle a la perrada que no, que él tenía otros datos y antes de su arribo a Monterrey autorizaba a cualquier hijo de vecina que comprara cuanta vacuna le fuera posible, claro informando previo a la autoridades de salud.
Será que alguien iluminó su cabecita haciéndole ver que los norteños tenían “con queso las tortillas” o sea, contaban conmarmaja de sobra para comprar las vacunas suficientes para inmunizar aparte de todos los regios, a todo mexicano que se apersonara aunque fuera de otro estado que no fuera Nuevo León.
¿Porque será, preguntaría usted? Por el sencillo eufemismo de que estaría perdiendo el control y batuta de ser el dueño donde se toman las decisiones que hasta el momento, solo se toman en la oficina del cocodrilo.
Vino a Monterrey y en un festín de elogios mutuos, inteligentemente el bronco hasta tuvo la osadía de solicitar un aplauso para el peje que con una mirada en el horizonte y agradeciendo de ante mano el cumplido, a todos dejó un saborcillo entre agrio y no te creo, porque en el fondo se mastican…pero no se tragan.
Pero al final son los resultados los que hablan. El bronco llegó a este aquelarre con la espada desenvainada y más relumbrosa que nalga de quinceañera, pero el presidente López no dio oportunidad de montar en su caballo y sacándole cartas de abajo, le dijo que habiéndolo pensado, se abrían las fronteras para que el que pudiera, comprara las vacunas.
Una buena para el cocodrilo que no tenía de otra. Y no es amenaza, es advertencia, porque dice el adagio popular que cuando ves las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar y más vale que te vayas viendo en el espejo del chiflado gringo que acaba de abandonar la casa blanca, donde salió con cajas destempladas, si López no hubiera recapacitado, el mundo se le hubiera lanzado al pescuezo y ahorita lo traerían como trapo de cantina a las tres de la mañana.
Lo demás es lo de menos. La aparición de la súper delegada de morena en el pueblo de Linares Judith Díaz luego de desaparición forzada por un año, dice poco, ya que ningún súper hombre enviado por el presidente López ha dado el ancho y sí, ha causado mucha diatriba causando el desprestigio. La foto con Clara Luz Flores y el peje no es más que la crónica de una novela muy anunciada y el bautizo del “no se hagan bolas” quedó de manifiesto, ya que si las cosas no cambian Clara es ya de por si la gobernadora, dejará en segundo lugar al panadero Larrazábal, tercer lugar muy atrás el pequeño alcalde Monterrey Adriancito de la no sé qué e igual de rezagado el señorito esposo de la “influncer” Mariana, al que lo obligaba su papá a jugar golf y a ser rico.
Esa…es palabra de dios. Levantemos el corazón…y todo lo demás.
minutochavaportillo@gmail.com