Minuto
Por CHAVA PORTILLO

No se usted, pero aunque se haya dado un mejoral al cáncer que significa al atribulado caso de Emilio Lozoya, perdón L, no vayamos a perjudicar el prestigio de un ladrón que cuenta con clase, prosapia y es miembro del Club de Golf México, a mí me queda un saborcillo amargo en la boca y el tufo de que tuvieron que pasar muchos días para que el bandido pisara la cárcel por sus latrocinios.
Ayer, después de solicitar treinta largos días por parte de los defensores del ex director de PEMEX con el argumento de que requería mayor plazo para recabar pruebas para demostrar su inocencia, por fin un juez menos corrupto que los demás cómplices de la justicia, ordenaron prisión preventiva para que se quedara guardado en el reclusorio bajo el argumento de que dado a su “peligrosidad” y manera pudiente de poner pies en polvorosa -fugarse- existía el riesgo de que siguiera burlándose de la justicia, por el simple hecho y promesa de “prometer resarcir el daño”
Chingón, siempre he considerado que no le entiendo a la interpretación de la justicia. Emilio L se robó miles de millones de dólares y repartió otros tantos presumiblemente a su jefecito santo Enrique P. N. -si no se imagina a quién nos referimos, sorry- y Luis V que por supuesto un rufián jamás actúa solo, faltaría anexar a los directores administrativos, Contraloría, los diputados que revisaron las cuentas y tantos badulaques que intervinieron en la estafa que generó Odebrecht.
Ya lo hemos repetido hasta el cansancio, mientras Emilio llega luego de ser atrapado en Madrid, vuelo en el Grumann V de lujo, ser trasladado en secreto al quinto piso del Hospital Ángeles propiedad de Olegario Vázquez Aldir dueño de Excélsior, porque supuestamente mal -jejeje- pasó a “sufrir“ prisión domiciliaria, mientras la otra aprendiz de mucama Rosario Robles por una cantidad mucho menor sufre en la celda 347 del segundo piso con un cobertor de 100 pesos y la soledad propia de los abandonados. Bueno ni su amante de momento Carlos Imáz que la padroteó y le bajó mucha lana además de contratos se apareció por el reclusorio a darle calorcito de vez en cuando.
Volviendo a Emilio L, falta que le apliquen la justicia aunque ande de pitarra, o sea, aunque cante el pajarito de quienes recibieron los millones de dólares, debe de pagar con cárcel y salvo que el cocodrilo esté de acuerdo que lo perdonen, deberá de pasar muchos años dentro de chirona, en compañía de la otra sabandija Romero Deschamps líder petrolero que también estaba en el ajo, y el secretario de Hacienda, digo…
Por eso repito, creo en la ley escita que nunca se equivoca, pero no creo en las personas que la aplican, recordemos al infeliz que pasó ocho años en la cárcel por robarse un kilo de barbacoa para llevarle de comer a sus hijitos, o al ranchero tarado que por matar un conejo con rifle .22 le dieron once años a la sombra. minutochavaportillo@gmail.com