Minuto
Por CHAVA PORTILLO
Nuestro país es algo serio sin duda. Las historias que hoy se han convertido en realidad y que ayer eran fantásticas leyendas urbanas, por culpa del cocodrilo mayor que es el narrador de cuentos por excelencia le vino a estirar a la cobija del engaño y la ilusión.
Pero lo más importante es que sucede todo…y no pasa nada, una referencia símil al gatopardo de Lampedusa que evoca a la magia imposible de que no se modifique nada, aunque todo sea diferente.
El presidente López nos sigue sorprendiendo con sus dislates e historias macabras en las mañaneras ahora con la novedad que nunca lo fue, de que ha quedado al descubierto que los teléfonos están intervenidos, que las conversaciones, aunque privadas nunca lo fueron, y no tan solo a nosotros que somos actores de cierta relevancia en la tragicomedia de la vida, también a nuestras familias les han hecho saber de qué color usan los calzones, aún en la intimidad de mayor lobreguedad.
Ahora resulta que es novedad que nos espían…jajaja. Los señores: Fernando Gutiérrez Barrios, Alfonso Martínez Domínguez, Luis Echeverría, Gustavo Díaz Ordaz, Jesús Reyes Heroles, Carlos Salinas de Gortari y toda la pléyade de botones de muestra como Luis Cárdenas Palomino y su nefasto jefe Genaro García Luna, todos ellos se deben estar revolcando de la risa, unos vivos, otros en el camposanto.
Personajes indescriptibles como Coello Trejo encargado de la operación en la detención de Joaquín Hernández Galicia -la quina- su amado compadre Arturo Durazo Moreno, Enrique Álvarez del Castillo, Rafael Chao López, García Paniagua de la familia de militares de Marcelino García Rizzo, Juan Arévalo Gardoqui y demás perversos, maquiavélicos y sombríos personajes hicieron de la administración de la justicia y las fuerzas policiales todo un imperio que ahora nos quiere vender el cocodrilo como una novedad que hay que perseguir y si se puede, castigar.
¿Estará en la lista de presentes la inteligencia militar? Digo…
No manchen dicen los jóvenes de la actualidad, no es posible que ahora nos quiera embutir esa amarga chupaleta como novedosa medicina.
El espionaje, es tan antiguo como las mafias, el crimen, la prostitución y la corrupción para que no nos espantemos y también le digo algo, no tiene ni remedio ni solución porque es problema de educación, cultura y buenos principios, los cuales, no se dan en los árboles, porque de la misma forma que los nefastos personajes intervenían los teléfonos para entrarse de conversaciones, los militares de ayer y los de mañana, lo harán irremediablemente solo que por instrucciones del nuevo mandatario.
Desearía estar equivocado, pero desgraciadamente no. Es el mismo atole solo que con diferente dedo y estoy seguro que estos ojos que algún día se comerán los gusanos, no lo verán, solo espero y deseo como dijera García Márquez que mis hijos y mis nietos gocen de una ilusión que siempre tuve, como la libertad del pueblo de Cuba que desde que estaba en quinto de primaria en la Josefa Ortiz de Domínguez, la misma libertad que tibia y equivocadamente el presidente López desea al deprimido pueblo, de los dientes para fuera cuando lo que sufren los cubanos es una dictadura de más de sesenta años, ahhh y también existe el espionaje telefónico. minutochavaportillo@gmail.com