Minuto
Por CHAVA PORTILLO
No confundamos, las personas que no tan amables me escribieron acusándome de obstinado, ignorante y falto de sentido común por estar en contra de la dictatorial orden del presidente López que regresen a los recintos educativos todos los escuincles, “llueva, truene o relampagueé” quisiera ofrecer mis argumentos.
Antes de la pandemia, con lástima observé a los hijos de unas señoras que realizan trabajos domésticos, que no tenían a sus once y trece años habiendo terminado la enseñanza elemental, obvio, en escuela de gobierno, una lectura potable y escritura decente. En pocas palabras, con dificultad leían un escrito y menos lo redactaban, con errores de “baca” en lugar de vaca o mama en lugar de mamá.
Olvídense de cuestionarle con un problema de regla de tres simple directa, una raíz cuadrada o preguntarle sobre el descubrimiento de América el 12 de octubre de 1492 o el diferendo de Colón y Américo Vespucio. Tarea de orates sería preguntarles sobre el libro de Juan Ramón Jiménez de “Platero y yo” o si saben el cuento del flautista de Hamelin, o quién escribió “El laberinto de la soledad”.
Reitero, fue antes de la tragedia que ha significado el jinete apocalíptico del COVID 19, o sea nada que ver ni culpar de la ignorancia por efectos del maldito virus, los pequeños tienen un nivel de conocimientos muy por debajo de la decente. Habría que recordar que nuestro estado es de los que mantienen un lugar preponderante en la escala educativa nacional.
De regreso al problema que tiene entre manos el obcecado presidente que regresen los niños a clases presenciales debemos hacerle entender que: los niños NO están vacunados, muchos maestros TAMPOCO, las instalaciones NO están en condiciones de ser utilizadas ya que algunas les han vandalizado robándose el cableado eléctrico, por ende NO tienen luz ya no digamos un abanico o aire acondicionado.
Otras tantas tienen daños en los servicios sanitarios, la yerba esta crecida, las plagas de insectos y roedores hacen imposible su presencia, no existen enseres de limpieza e higiene y para rematar NO TIENEN AGUA. Siempre ha sido determinante pero con el problema pandémico el vital líquido es punto de partida.
La falta de muebles, enseres, pizarrones, escobas, vidrios y demás harían la estancia y operación imposible, ya que no hay que olvidar que las condiciones climáticas en nuestro estado no son las más favorables. Así es que por estas razones y muchas más…diría Luis Aguilé, NO es posible el retorno a las aulas y más vale un año perdido con una generación de iletrados e ignorantes niños que rellenar los terrenos en el camposanto.
Es muy triste sí, pero hay que poner en la balanza del debe, haber y saldo para ver que de nueva cuenta el cocodrilo mayor…está equivocado.
Están servidos señores críticos que se toman la molestia de leer mis letras y hacerme ver mis equivocaciones que en esta ocasión no lo son.
minutochavaportillo@gmail.com