Minuto
CHAVA PORTILLO

De todas las penas e impotencias que sufrimos los mexicanos día con día por las angustias que nos hacen padecer los gobiernos por los que equivocadamente sufragamos, de cuando en vez aunque no muy frecuente nos brindan una que otra alegría.
En la población de Caltzontzín Michoacán se había hecho costumbre que unos cuantos revoltosos que se atreven a decirse maestros cuando no llegan ni a profesores, armaban su campamento sobre las vías del tren deteniendo el paso de los convoyes que trasladan importante carga que transporta la empresa Kansas City Southern gracias a la canallada que hizo Ernesto Zedillo cunado fue -el peor- presidente regalándole los Ferrocarriles Nacionales de México, de los que ahora, ¡oh casualidad! es accionista, ejecutivo y forma parte del Consejo de Administración.
Los profesores, por quítame estas pajas y ante la mínima provocación como pelear un aumento a su intolerable salario, rebajas por algún concepto o una llegada tarde, es motivo suficiente para detener el paso del tren de carga hasta por semanas, hasta que el líder se compareciera o le “aceitaran” las alforjas y tuviera la misericordia de liberar las vías.
El sábado por la noche y ante la inminente barricada que pretendían los huevones profesores de rancho boicotear el libre tránsito del ferrocarril, llegaron cientos de policías armados con escudos, toletes con órdenes de no dejar que los arrastrados detuvieran la mole de acero con cientos de carros cargados.
Obvio con la estúpida orden de abrazos no balazos, se limitaron a recibir candela y los pobres genízaros fueron puestos como santo cristo sin poder meter las manos y al menos otros compañeros hicieron estallar cohetones y gas lacrimógeno para espantar a los felones y le bajaran a sus agresiones.
No podemos sentir más que pena por los pobres infelices patrulleros que estoicamente fueron objeto de golpes, puntapiés y escupitajos de los “educados” profesores que amenazaron que el martes y cumplieron -ayer- la promesa de volver a atacar con mayor fiereza en el entendido que los policías sólo iban a aguantar vara sin devolverle ni tan siquiera una bofetada.
¿Que estará pensando el cocodrilo de ordenar a los pobres uniformados, sean de la corporación que sean, recibir todos los golpes e insultos sin levantar la mano para defenderse? ¿Piensa que con ello la gente va a mitificar a los pobres infelices?
O va a dejar que bloqueen las carreteras como los cárteles de la droga con los pobres agricultores que tuvieron que dejar su cosecha de limón, creando un verdadero caos encareciendo el producto que hace un par de semanas llegó a costar cien pesos el kilo, o como el aguacate que su consumo se dispara con la celebración del Súper Bowl.
Ya había pasado en el zócalo cuando las energúmenas mujeres armadas con martillos y sopletes arremetieron contra las mujeres policías y se repitió la misma historia, o los salvajes que toman las casetas de cobro robándose el dinero sin que exista autoridad que los detenga.
Estamos conscientes que vivimos en un país sin gobierno, donde la ley del más fuerte se impone y nadie es capaz de poner un hasta aquí, por el amor de dios.
minutochavaportillo@gmail.com