Minuto
CHAVA PORTILLO

Siempre he asegurado que el buen gobernante además de medirse por su honestidad o inteligencia, olvidándose de partir de la premisa del estúpido silogismo López-obradorista que prefiere colaboradores con un mínimo de experiencia y un mucho de lealtad.
El buen líder es el que tiene el talento de reunir un selecto equipo de apoyadores con sustento, por derivación espontánea de creer en el guía del proyecto se dará en la entrega indiscutible haciéndolo llegar a tierra a prometida.
Muchas ocasiones he tenido el privilegio de compartir el pan y la sal con uno de los que considero ha sido el mejor gobernador del estado de Nuevo León, Jorge A. Treviño y sin brindarle elogio fatuo, he reconocido el excelente equipo de colaboradores que reunió en un brillante gabinete que encabezaba Lucas de la Garza como Secretario de Gobierno y Víctor Gómez en el cuidado de los tesoros. Comentario al margen fue Magda Ovalle como secretaria particular quien acaba de dejar hace unos días el mundo de los vivos.
Formar un equipo de trabajo con gente valiente, talentosa, honesta y con experiencia es tarea de titanes y no son muchos los que logran la hazaña, para muestra un bastón, el presidente López ha sido una aberración donde ha conjuntado un grupito de peleles que su única virtud ha sido haber cumplido con las órdenes del patrón, sin chistar, sin revirar, sin opinar, el clásico servidor que contesta: la que usted diga señor presidente. cuando le preguntan por la hora.
Un gabinete de mediocres carentes de luz ya no digamos brillo, que tienen pavor salir a declarar por su cuenta salvo que sea en el espacio brindado por el gran Tlatoani en el bodrio mañanero bajo un estricto libreto que el director de la orquesta escribió y corrigió. Tener la audacia de opinar en otro foro, es un suicidio que obviamente les costaría la chamba.
¿Además para que tomar el riesgo? Si el sacrosanto patrón escribe, hace, dice letra y melopea rematando el clásico juego infantil, uno, dos, tres, ¡salvación por todos!
El equipo local de Samuel, el muchachito que vino del mar, no es la excepción. Llegó no por merecimientos, fue la hazaña por el hartazgo del PRI, la decepción del PAN y el envilecimiento que despertaron los independientes. Así es que si ha pasado por la mente de Sami que arribó a la silla por sus capacidades y preparación vituperada, nada más falso, porque no creo usted sea uno de los ingenuos que otorgan el crédito que el jovencito ha escrito los libros que presume.
Pero además de su falta de equipaje, la escarpada la venció porque al menos el partido tricolor tuvo la mala ocurrencia de mandar a la batalla a un cartucho quemado como Adrián de la Garza el pequeñín, que no se robó el quiosco de la plaza Zaragoza porque no le cupo en la cartera y que por espacio de seis años enseñó que como alcalde fue un fiasco, cuestión de imaginar sentado como gobernador. ¡Dios nos coja confesados!
Mientras unos sufren por la guerra, otros aplauden porque es una magnífica cortina de humo y uno de ellos es el presidente López que lo han dejado respirar por tanto golpe que le zumban un día sí y otro también, mientras aquí en el estado entre tantos muertos que los carteles nos “tiran” a diario, la escasez de agua que matará a muchos más, la terminan de completar los absurdos funcionarios que el miércoles citaron a cientos de chiquillos en la frontera…y ¿qué creen? No había vacunas. A otros los detuvo un retén de la mafia en la carretera pasando Bustamante hacia Monterrey sin hacerles daño, causando solo diarrea que los hizo mudarse de calzones dos ocasiones.
¿No habrá quién le diga tanto a López como a Sami que pregunten antes de hacer sus tonterías? minutochavaportillo@gmail.com