Minuto
CHAVA PORTILLO

Alguien escribió por ahí con harta razón, creo un chofer de la plataforma UBER que sería saludable ver de diferentes formas el problema de las mujeres en el caso de las desaparecidas, y no que desmerezca la preocupación y la sociedad bote a la basura el alarmante problema en que se ha convertido la violencia contra ellas.
Sabemos de antemano que habrá más de uno que socarronamente podrá asegurar que las mujeres son problema de cualquier manera que se presente saltando el adagio popular que mujeres juntas…ni difuntas, amén del nulo trabajo del Fiscal General de Justicia Gustavo Adolfo Infante como bautizó el muchachito que tienen de gobernador que se apellida Guerreo que no da una y ahí está como el Jhonnie Walker, tan campante.
Dice el caballero taxista que le ha sucedido tres ocasiones que “levanta” pasaje femenino a las 3 y 4 de la madrugada a jovencitas que difícilmente cumplen los veinte años en estado de ebriedad completa y que no saben ni dónde estaban ni adónde van vomitándose y haciendo papeles inmorales despojándose de las ropas y lo que usted se pueda imaginar.
En otro apartado como el caso de una señorita que ha ganado fama por la búsqueda incesante de sus padres donde ha circulado la gráfica donde está en la carretera a Laredo con su falda larga y unos zapatos tenis con una gran templanza y seguridad, todo menos preocupación, miedo ni asombro. ¿Será esa la conducta de una chavita que ha sido educada por sus padres de manera tradicional y moderada?
Sé que molestará mi comentario pero no me diga usted que andar con esas fichas, en esas fachas y en estas fechas sea correcto para que una señorita educada se baje de un Uber y se lance por la carretera y que -trascendió- entre presumiblemente a una línea de tráileres buscando lo que no había perdido.
Muy cierto que la autoridad hace menos de los que debería, pero no nos cortemos las venas ni compremos un mecate para ahorcarnos porque no llega nuestra hija a las cuatro de la mañana y si llega es costumbre que traiga aliento alcohólico o indicios de que consumió sustancias para alegrarse.
Al que no le guste que le digan tuerto, que no le falte un ojo y no estoy crucificando a esta o a cualquier muchacha que tiene todo el derecho de divertirse a la hora que le plazca, pero como reza el promocional de la mexicana alegría, todo con medida.
Por último, se repite la historia de las mujeres ¿? que hacen de su vida un almanaque, como las salvajes que quemaron de nueva cuenta la puerta de palacio de gobierno o las “delicadas” que tuvieron cautiva la oficina de las CNDH en la CDMX y que al ser desalojadas terminaron de hacer sus tropelías y al ser detenidas ya se organizó la tribu para exigir las liberen, si no, agárrense.
Esas mujeres, no deberían ser tratadas como lo que exigen, y a punta de cabronazos deberían ser sometidas como si fueran varones y de lo peor. Como dijera doña Melchora, como te digo una cosa, te digo otra.
Mujeres, mujeres tan divinas, no queda otro camino que adorarlas…y cuando se ocupe, meterlas a la cárcel.
minutochavaportillo@gmail.com