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¿Por qué no creemos en la justicia?

By mayo 3, 2022No Comments

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CHAVA PORTILLO

curson

No será la primera, tampoco la ultima que hago referencia en que creo en las leyes, pero NO en la aplicación de ellas y en eso involucro a todas las autoridades desde el humilde genízaro soplapitos de crucero hasta el más avezado detective con estudios en el extranjero.

La justicia además de ciega es sorda y muchas ocasiones convenenciera, para muestras todos los botones exhibidos.  Ahí tiene usted el tristemente célebre caso de Debanih, la chavita que anduvo de fiesta en fiesta hasta que se topó con la muerte, la encontraron luego del esfuerzo de sus padres y amigos después de la gran exposición mediática que ocupa todavía las primeras planas, tal vez por el morbo o el escepticismo que genera la bella pero  irresponsable muchacha.

De las demás jovencitas, no se sabe nada y la razón es que Gustavo Adolfo Guerrero el refinado fiscal general de justicia sirve para dos cosas, para nada y para nada.    Aparece en la foto cuando no hay alternativa, si no, adopta la actitud del avestruz, esconde su cabeza en un hoyo aunque deje al descubierto lo más preciado de su anatomía.     Como no hacen ruido los familiares y no aparecen en los medios…eso, puede esperar y optó por la vía fácil saliendo por la puerta falsa, corres a los de abajo para proteger el escritorio, aunque escucha pasos en el pasillo del despido.

Punto y aparte es Alejandro Gertz Manero que habiendo sido descubierto en un sinfín de irregularidades sigue protegido por el manto divino del cocodrilo.

Otra muestra del nutrido catálogo es la nota de ayer donde se destaca la herencia maldita que dejó Adriancito el pequeño hampón que dejó la tesorería de Monterrey en la peor crisis con un desfalco que no tan solo termina donde entregó la alcaldía, sino que el imberbe chamaco Luis Donaldo Colosio tiene que seguir pagando siete mil millones de pesos por el alumbrado inexistente en la metrópoli a razón de diez millones de devaluados pesos mensuales y no existe poder, inteligencia ni razonamiento para acusar al canalla ex alcalde y fincar responsabilidades. 

Imaginen ustedes si se le hubiera hecho el milagro de llegar a la gubernatura, ya se hubiera desaparecido el palacio de gobierno para instalarlo en Las Vegas, ubicación predilecta del bandido.

Por eso y muchas cosas más gorjeaba Luis Aguilé, no creo en la aplicación de la justicia, menos en la honorabilidad de casi todos los juzgadores que en ninguna de las instancias no sienten necesidad mucho menos urgencia de investigar las fortunas gigantescas de sinvergüenzas que arribaron con una mano atrás y otra delante debiendo lo poco que tenían y hoy escupen por un colmillo y descorchan vinos importados para opíparas viandas. 

No se requiere de investigación profunda ni de inteligencia exacerbada para darse cuenta de maturrangos como el Corleone Pulido de Agua y Drenaje y sus autos de colección o los pillos que han pasado por el Instituto Registral y Catastral para darse cuenta de los negocios millonarios que aportaron a sus sacrosantos patrones.

La vida de auténticos reyezuelos que cuentan con edificaciones, ranchos, terrenos, propiedades en la metrópoli y en paraísos playeros  dignos de cualquier marajá que tienen asegurada la vida de diez generaciones como con cinismo vociferaba un patán que ahora goza de las delicias cuando hace seis años no tenía para sobrevivir.

Podrían empezar por Adriancito el pequeño hampón y seguirle con el fiscal Gustavo Adolfo antes que deje de despachar en la oficina que sirvió para camuflagear sus barbaridades y si tienen tiempo seguirle con la familia de palacio nacional.

minutochavaportillo@gmail.com