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Cambio de nombre

By mayo 5, 2022No Comments

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CHAVA PORTILLO

curson.

Acompañaba hace más de treinta años al Lic. Jorge Treviño a la exhibición de un juego entre Sultanes de Monterrey y el Águila de Veracruz en el parque de beisbol Cuauhtémoc y Famosa que por alguna conveniencia o complicidad comercial arrendaba cervecería al club que ya era propiedad del padre de José Maiz donde despachaba como gerente.

El parquecito con capacidad de tan solo seis mil aficionados que aún se utiliza para su fin está en la avenida Anaya casi cruzando con la calle Guerrero y venía supliendo al vetusto Parque Cuauhtémoc de la avenida Calzada Victoria donde los históricos “fantasmas grises” que dirigía Clemente “sungo” Carrera los hizo campeones con el trabuco que encabezaba el niño asesino de Chihuahua Héctor Espino, Jaime Corella, Alonso Perry, Juan Delis, Vinicio García, Yaqui Ríos y como lanzadores Mike Cuellar, José Ramón López, Panchillo Ramírez y Evelio Hernández haciendo mancuerna con Tony Dicochea con su indescifrable bola de nudillos.

Un grupo de aficionados haciendo un poco de escándalo fueron a “exigirle” a Jorge Treviño gobernador les construyera un nuevo estadio de beisbol y entre mentiras y promesas el ejecutivo les dijo que sí, que pronto arrancarían un estudio para ver la factibilidad de construir el parque.

Luego de algunos años por fin se dio el milagro y en los terrenos entre la Universidad de Nuevo León y el campo militar, Treviño asignó un terreno y concedió a la familia Maiz construir el parque donde jugarían los Sultanes equipo que antes había sido propiedad de Anuar Canavati.  Había una exigencia; que el nombre del estadio para siempre sería bautizado como “Sultanes de Monterrey”

Todo parecía soñado, había terreno, el costo por la construcción sería aportado por el Gobierno del Estado y la concesión por x años era para Pepe Maiz, pero…pero siempre hay un pero, las finanzas del concesionario no andaban del todo bien y buscando un socio, encontró al rey Midas Francisco González que andaba en busca de un centro de espectáculos como TV Azteca tenía la Arena Monterrey.     Se realizó el “matrimonio” pero existía una cláusula para que el inmueble sería solo para los juegos de beisbol y en caso de presentar otro tipo de espectáculo cambiaría el porcentaje en las ganancias.

Salió el primer problema y Sultanes solicitó permiso para cambiarle el nombre al estadio para que se llamara “Estadio Mobil” como en Guadalajara Jorge Vergara le modificó el nombre al de Chivas por el de “Acron” competencia en lubricantes y aceites, siendo la respuesta NO rotundo por parte de Jaime Rodríguez gobernador del momento porque así lo convenía el contrato de comodato.

Cambió el gobernador y por alguna misteriosa causa el parque de beis bol Sultanes hoy se llama “Mobil special” el mejor aceite que da más kilometraje y eso habrá que investigar si el concesionario se voló la barda o Sami el chamaco gobernante lo poncharon sin tirarle o le dieron base por bolas para que envasara la carrera del gane.

¿Saben ustedes cuánto se cobra por haberle cambiado nombre al estadio y que los socios cobran?

¿Qué cosas tiene la vida Mariana? ¿Si piensan que la luna es de queso?, están equivocados nada se puede ocultar en esta vida y tarde o temprano la suciedad, flota, ya ven que los matanceros de ayer, son las vacas que van al sacrificio hoy.                                  

minutochavaportillo@gmail.com