Minuto

CHAVA PORTILLO
Lo más triste de la diarrea verbal en los insultos del presidente López, aunque sus adoradores se resistan a aceptarlo, los pronuncia sin importar las consecuencias o peor, no sabe lo que significan sus improperios y como magnífico facineroso arrogante, jamás saldrá de su vocabulario un: “perdón, no es lo que quise decir”. Al contrario, satisface alimentar la hoguera del perjurio con leña nueva pero igual de insana.
La inteligente Guadalupe Loaeza escritora casada con un judío refiere la sandez del cocodrilo cuando deseando mofarse de Carlos Alazraki al que demostró el odio exacerbado que le tiene muy guardado al referirse peyorativamente con la expresión: “En el caso de Carlos Alazraki ya tenemos tiempo con muchas diferencias, es en extremo conservador, es como Hitleriano”, llevándose de encuentro a toda la comunidad judía, en un país donde diferir del pensamiento del mandatario es pecado capital e imperdonable audacia.
Si Jesús Ramírez -su abyecto jefe de prensa- le quitara un poco de betún al pastel que diariamente se publica en el mundo, penosamente tendría que decirle cuántos periodistas refieren la verdadera cara de la moneda de López presidente y quedaríamos orgullosamente como ultra conservadores, neoliberales y toda la pléyade de estupideces que suele decir urbi et orbi de todos los que nos causa agruras la vergonzante cacofonía para insultarnos ordinariamente.
No se cansa de tener la boca como cloaca al aire libre, pozo artesiano inacabable de tonterías y falsedades como haber inaugurado una refinería que en cuatro años procesará el primer barril de petróleo a sabiendas que en breve los automóviles circularán con electricidad o el “aeromuerto” Felipe Ángeles que como buitre carroñero aguarda el tropiezo o último aliento del Benito Juárez para poder explicar su existencia.
Sin meditar consecuencias como suelen hacerlo Nicolás Maduro, Daniel Ortega o en su momento el intratable Hugo Chávez, López “sugirió” al gobierno americano que de continuar con su toma de decisiones en política migratoria deberían derrumbar la icónica estatua de la libertad que yergue desde 1886 en desembocadura del Río Hudson a la entrada de la gran manzana y que si investigamos de fondo, no sería descabellada la idea de que sus diseñadores-constructores ¡fueron…judíos!
Pero siguiendo con el desagradable tema, sería menos grave el insulto a Alazraki, al esposo de la Loaeza o a la también judía despistada Claudia Sheinbaum que en su desmedido afán de ser la elegida endureció la “concha” para que se resbalara y obvio que no dijo, esta boca es mía para no despertar la ira de dios nuestro señor. -el de ella-
Lo triste es que no son pocos los que en el mundo nos compadecen por las sandeces que afloran de su inagotable venero y lo peor es que ya es clamor popular, lo hace porque no sabe lo que dice, aunque no por ese motivo deja de ser insulto grave, a los judíos, a los jesuitas, católicos, cristianos, sabatistas o pentecostales.
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