MINUTO
CHAVA PORTILLO
Seguramente estará mal mi comentario refiriéndome a esa acción que es el juicio de Amparo porque la mayoría de las ocasiones dejan un saborcillo en la boca difícil de superar, sobre todo cuando estamos de este lado de los buenos y que al que acusamos se beneficia porque un juez le otorga la bendita suspensión, ya sea provisional o definitiva.
La señora Yazmín Esquivel Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que evidentemente se apropió de un documento que pertenecía a otro pobre infeliz que se quemó las pestañas y desvelándose completó su tesis para que este mismo documento sirviera para que dos personas, uno decente y el otro sinvergüenza se titularan como abogados y yendo más allá, ascender a la máxima tribuna de justicia por su habilidad y recomendación de su esposo que es compadre e íntimo amigo del presidente López.
La mentirosa abogada logró una suspensión provisional mediante un juicio de amparo para ser protegida por una supuesta presunción de inocencia, algo similar a la protección que solicitó Samuelito gobernador por parte de una autoridad en Tamaulipas de permitirle NO PRESENTARSE ante una acusación que el cuerpo legislativo en Nuevo León está exigiendo.
Sigo sin entender, la lógica dice que debería presentarse para que luego de investigar, presentar pruebas y alegatos la jueza tamaulipeca, oaxaqueña o marciana tuviera elementos y brindarle la protección para que no se cometiera una injusticia y de ser necesario culpar y castigar a los diputados que intentaban faltar a las garantías constitucionales del irresponsable gobernador por no cumplir con su obligación.
De igual manera la espuria ministro Yasmín Esquivel se ampara para que los investigadores de la UNAM no hagan su trabajo de aclarar, armar un expediente y llamar a cuentas a la tramposa y ladrona pseudo abogada, cuando también por lógica elemental deberían agotar todas las investigaciones y después de aclarar las responsabilidades, reiterar a la señora el título que ganó con honestidad o, retirarle el reconocimiento, incluirla en una lista de indeseables, además de no poder ejercer la profesión.
Solicita la señora Esquivel la “protección” de seguir ostentando un título que se robó por la sencilla razón de que están poniendo en riesgo unas garantías que debería de tener si fuera decente y no una ladrona de identidad.
Lo inexplicable es porqué: sus compañeros abogados de la Barra Mexicana del Ramo, así como los Ministros de la Corte que supuestamente vigilan que las cosas se hagan de manera limpia, salvo que asistan al principio: que se haga la justicia, pero en los bueyes de mi compadre; el presidente López que tanto alardea de honestidad o si no reclama tener otros datos y por último, la hoy vituperada máxima casa de estudios Universidad Autónoma de México y su payasada del cachún-cachún, ra-ra y su pomposo slogan de “Por mi raza hablará el espíritu” nadie, es capaz de decirle a la deshonesta esposa de José María Riobóo que se vaya para su casa, si es que no a la cárcel por ladrona.
Eso de que todos somos inocentes hasta que no se demuestre lo contrario es una falacia, el delincuente es delincuente que no deberían otorgarle ninguna suspensión ni provisional menos definitiva, así sea la esposa del compadre que tantos millones ha amasado y de paso, hecho trizas el prestigio de la profesión -que no es difícil- y de la UNAM que anda como su equipo de futbol, dando pena y arrastrando la cobija.
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