Minuto
CHAVA PORTILLO
Esa volada de ya saben quién, de reducir la edad para que los mexicanos aspirantes en política puedan cristalizar el sueño de ser legislador a los 18 años y o ser Secretario de Estado solamente me hace elucubrar que el gato encerrado significa que existe una razón de fondo para caer en la tontería y esa pudiera ser que ya se tienen vistos o señalados algunos beborrucos para otorgarles el premio de la rifa.
Empecemos por decirle que las etiquetas son abominables, porque ni los viejos de la tercera edad están obsoletos y caducos, mucho menos los chavos tienen la solución en las manos por el simple hecho de serlo. Caemos en el mismo apartado de que por ley las selecciones a cualquier puesto de elección deben ser ad ovum, mita y mita con relación al sexo.
Siempre he manifestado que hurgando en los mejores perfiles, debe ser por lo que existe en medio de las orejas y jamás por lo que se encuentra en medio de las piernas, ergo, si se requieren diez prospectos y resultan diez damas, que sean estas las elegidas y no por ley cinco y cinco varones.
Respecto a la edad cronológica, en este momento está comprobado que la edad más que significar elemento de aprobación, al contrario, porque no tengo nada en contra de Luisín Donaldín Colosín, Samuelito el de nosotros y otros bisoños personajes de corta edad como David de la Peña alcaldito de Santiago y Jesús Nava en Catarina nomás no dan el do de pecho y mucho tiene que ver con la edad.
De acuerdo estoy que no por tener más edad significa garantía de saber mucho y tomar mejores decisiones, pero reducir los años para el debut es un absurdo y entendamos porqué. Un jovencito de diez y ocho abriles no está seguro si quiere un Nintendo o comprarse unos tenis Nike o jugar con el celular mandando watsaps, todavía la comezón de la hormona no florece del todo y no tiene resuelto su presente, menos su provenir en lo político, social ni lo económico.
¿Si el razonamiento es que desean verse representados? Es una falacia total, porque tener una cámara repleta de sombreros como el protagónico de Ernesto Gándara que sueña ser gobernador de Coahuila que no se descubre del gorro ni para bañarse, me hace recodar a Fox que sentía que las botas formaban parte de su indumentaria obligada, quedando en ridículo muy frecuente. No son Vicente Fernández ni Jorge Negrete, el sombrero es para cuando hay sol, no para aparentar lo que no se es.
Un loquito como el cocodrilo López, imagínense que asesoría podría admitir de un secretario de 25 años y falta que le hiciera caso. Olvídense de cosas, le pusieron el cencerro a un potrillo y ya perdió la manada, ¿o no se han dado cuenta? Ahora quieren ponerle el cencerro a una potranca porque tiene muchos “likes” en redes sociales.
MENUDENCIAS: Entre sábado y domingo por la carretera nacional en una hora conté cuarenta y tres tráileres que supuestamente ya NO entrarían a Monterrey por la carretera mágica que inauguró Sami Mattel -la única que se ha construido en treinta años en Nuevo León- ¿pues no que se acabaría el tránsito pesado por el área metropolitana?
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