Minuto
CHAVA PORTILLO
No sé si la aplicación de la justicia en el mundo sea similar a lo que sucede en nuestro país, pero lo que si les puedo asegurar es que en pocas partes existen normas tan desaseadas y, sobre todo, cínicas de casos tan burdos y elementales que cuando no son los fiscales, investigadores, detectives o policías de crucero, son los jueces los que, por dinero, conveniencia o intereses de grupo, las sentencias son una canallada.
La novela cursi de Debany, aquella chavita que no tenía nada que andar haciendo en la madrugada enfiestada que terminó con su muerte, fue la causa para que el “exquisito” Gustavo Adolfo Guerrero lo corrieran del puesto de Fiscal General de Justicia luego que el escandaloso padrastro hiciera una verdadera tracalada en todos los medios y Sami Matel gobernador le temblaron las rodillas para que listo y puesto apretó para que lo despidieran.
Este caso puso de manifiesto tantas cosas chuecas y si no hubiera sido el mitote ante la tontería causada por todos los que intervinieron, el rarito fiscal estuviera aún en el puesto despachando como amigo y protegido de Natividad González Parás. La justicia es muy chipotuda y nada pareja, les recuerdo aquel pobre infeliz que se robó un kilo de barbacoa todavía está a la sombra o el estúpido ranchero que se le ocurrió sacar su rifle Winchester .22 para matar un conejo, tiene sentencia de catorce años en chirona.
Sin embargo casos tan sonados como el de Ciro Gómez Leyva -porque sale en la tele- que hace casi medio año intentaron asesinarlo una gavilla de doce facienerosos, existiendo fotos, videos, grabaciones de audio, cámaras ciudadanas y evidencias donde sigue al reportero hasta que le dispara en su camioneta blindada, un juececito de cuarta exigió cuatro meses más para acumular más pruebas y meter a uno, que es el autor material que jaló el gatillo y a los otros once los irán a declarar cómplices por estar enterados viendo o subirse a un elevador donde iba el asesino.
Eso que es Gómez Leyva y que el escándalo estaría tocando la puerta a la señora que parece más tamalera que Ministerio Público Ernestina Godoy y con todo que García Harfuch es amigo de Ciro y que la ahora corcholata preferida Claudia Sheinbaum ordenó que se corriera el velo de la hipocresía y le brindaran protección al periodista, es tiempo que no ha pasado nada, tal vez porque este era un tiro muy cantado y la acción era para darle un “estatequieto” a Ciro que se había vuelto muy incómodo para el sistema de la 4ª simulación
Después del susto a Gómez Leyva los demás periodistas tendríamos que entender que había que bajarle dos rayitas al engrudo, porque la vida…no retoña.
Si eso hacen con un personaje como Ciro, ¿qué se podría esperar con alguien que no tuviera tanta crema en los tacos?. MENUDENCIAS: las giras que no son giras, siguen, las campañas que no son campañas continúan y el proselitismo que tampoco es, no ha cambiado nada hasta que llegue la encuesta que dirá quien será el presidente que desea dejar el cocodrilo. minutochavaportillo@gmail.com