Minuto
CHAVA PORTILLO
Con tan distinguidas visitas que desean ser presidente del país las diferentes organizaciones políticas continúan velando armas y afilando sus belduques para el tan ansiado 6 de septiembre en que saldrá humo blanco del pebetero divino para erigir al ser supremo esperando no nos salga tan malo como el que todavía soportamos.
Primero, seguimos atentos que el mesías tropical no tenga la misma demencial ocurrencia de nueva cuenta -como sucedió en un inicio- insistiendo cambiar la constitución para que el plazo de los seis años se alarguen y se convierta en tiempo indefinido convirtiéndolo en perene copiando el mal ejemplo de Venezuela con el loquito que platicaba con los pajaritos Nicolás Maduro, Bolivia con Evo Morales al que el presidente López le ha brindado asilo político y amistad fraterna o el insufrible Daniel Ortega de su apaleada Nicaragua.
La triste realidad es que en la forma de agarrar el taco se conoce el que es tragón y el frente opositor que lo conforman todos, menos los adláteres del convenenciero naranja de MC y obvio los corifeos de morena, los mal llamados “tapa roscas” en los zapatos de Santiago Creel, Beatriz Paredes recalcitrante priista a morir y la sorpresiva Xóchitl Gálvez que por accidente fue el ratón que le puso el cascabel al gato, la verdad no les veo mucho empaque para restarle reflectores al más ruin y perverso presidente que mal gobierna esta nación.
Vámonos por partes. Santiago Creel es un viejo político que se convirtió en un político viejo. Es lo mismo…pero no es lo mismo. Es triste, aburrido, con discurso desgastado, acedo, pocas ocasiones habla y cuando lo hace alzando la voz, hace el ridículo; el clásico perrito chihuahueño que hace ruido, pero cuando las cosas son en serio huye despavorido. No es que eso sea bueno ni malo, así es él y punto, el color gris le queda al puro centavo porque le falta lo que al carrizo…corazón.
Beatriz Paredes es una mujer inteligente, picuda, con discurso agrio y encendido, le arrastra el colmillo y en un debate no dudo pudiera evidenciar a López si tuviera la oportunidad que jamás le darían, pero el padre cronos nos vuelve a decir que el tiempo es inexorable y jamás dará vigor perdurable y el hecho de presentarse hic et nunc -aquí y ahora- con bastón dando pasitos cortos acusando molestias nos pone a pensar, si esto es antes de la refriega, ¿qué sería en el campo de batalla?, amén, que su mira está muy bien puesta en la CDMX donde sería la triunfadora indiscutible, su olor a priista del viejo régimen en alianza con el hampón “Alito” Moreno la deja en desventaja y para la presidencial, más fría que una paleta.
La menos mala es la señora “X” porque fue el burro que tocó la flauta y sin pensarlo ni planearlo, el presidente López en un exceso de ignorarla y mini dimensionarla la hizo gigante y ahora ya no sabe como callarla.
El fenómeno de Xóchitl Gálvez será una repetición de la novela Vicente Fox, donde poca gente votó por el ranchero de Guanajuato. Votaron en contra del sistema, viéndose favorecido Chente, porque Juan ciudadano no quería saber nada del putrefacto PRI.
Para poder empezar a considerar que la hidalguense es opción seria, tendría que vestir normal y adecuada, bajarse de la bicicleta porque me parece una broma de mal gusto. Ya sabemos que mucho es marketing como fue el cocodrilo en el Tsuru blanco que manejaba Nicolás Molinedo. La gente tiene urgencia de creer en alguien que tenga empaque, perfil y tamaño porque hay que recordar que, para ser torero, se requiere primero parecer torero y no changuito matreros con ribetes de Tarzán. minutochavaportillo@gmail.com