Minuto
Por CHAVA PORTILLO
Antes de hablar sobre la desmedida voracidad del Gobierno de la 4ª Simulación, deseo crear un compromiso con el Arq. Ricardo García que tan gentilmente invierte su tiempo en leerme y criticarme por mis letras que son a veces muy malas, otras no tanto pero mías al fin, para que hable sobre los ex presidentes empezando por el orgullo de Agualeguas, el papanatas de Zedillo, el mandilón de Guanajuato y obvio de su diminuta pero maléfica esposa para rematar con el dipsómano del Calderas y cerrar con el monito de utilería de televisa que en mala hora llegó a gobernar la nación.
Un nuevo conejo en la chistera del presidente López que cada día que pasa no deja de sorprendernos, hace unos días con el acto central de su trillado espectáculo de arremangarse la camisa para que una corte de pitufinos compuesta por dos elementos femeninos como enfermeras que vacunarían al esparadrapo, otro soldado raso que sirvió de llevarle la ampolleta con la que iban a inocular a López y sin faltar el Dr. Jorge Alcocer como testigo de honor para tan significativo y trascendental además de emotivo momento.
Era muuuy importante que dijera el cocodrilo que la vacuna no dolía, que se sintió bien y emulando un conejillo de indias, agregó que la Astra Zéneca es muy buena y que no se la dejen de aplicar, porque tooodos los de la tercera edad debemos de vacunarnos. ¿Pos no que no se iba a vacunar, que está bendecido por diosito y las estampas de San Pascual bailón, que tampoco utilizaría el tapabocas y solo faltó la aparición del roquero, poeta y payaso epidemiológico Gatell para seguir haciendo su trillado show?
El cocodrilo mayor está que no cree en nadie y todos los días amanece con una idea nueva, con reformas, todas, con sandeces y atrocidades como el de Salgado Macedonio, la libertad de Alonso Ancira, la reforma a la ley eléctrica y….agárrense: la nueva manera de contratar una línea telefónica celular donde a forzori tenderemos que estar cautivos con el iris del globo ocular, las huellas dactilares y un sinfín de triquiñuelas que han asustado tanto al gallinero que ya empezaron a brincar los amparos por todos lados.
Dentro del maremágnum de estiércol en el que navegamos, algo que tenemos que agradecerle a la vida, a diosito, la virgen de los siete puñales y obvio al cocodrilo, es que en nuestro país sigue existiendo la singular manera de aplicar la justicia y mientras no lo cambie López, los abogados tendrán la oportunidad de darle la vuelta al guiso y hacer reglas a modo para violarlas y si no, las cambiamos, al cabo que nos dura, ya ven al ministro Zaldívar que le comieron la lengua los ratones, porque no se atreve a darle contra a su patrón, perdón, al mandatario. minutochavaportillo@gmail.com