Minuto
Por CHAVA PORTILLO
De los desvaríos y ocurrencias del profesor rural que imparte cátedra en el salón de palacio nacional dentro de sus mañaneras, destaca la más reciente sandez donde fustiga y señala a los mexicanos de la clase media calificándonos como “aspiracionistas”, trepadores sociales y convenencieros que entre otras “virtudes” son lectores del periódico Reforma, pero sobretodo votaron en contra de morena.
Tal vez se dirigía a los capitalinos que hicieron naufragar el barco de la 4ª transformación causándole una derrota de la que hasta hoy no se alivia y se lame las heridas, porque ha significado la muerte política de sus dos hijos putativos: Claudia y Marcelo.
Pero más allá del monumental yerro y absurdo empecinamiento de criticar a todo el infeliz que abre sus ojos cada mañana con la ilusión de salir en busca del sustento y darle mejor vida y cobijo a su tribu, es evidente que la intención del cocodrilo tabasqueño es que para sentirse feliz, feliz, feliz, como se sintió después de las elecciones es que toda la ciudadanía se mantenga en el fondeo de sus necesidades y en el abismo de las hambrunas, porque dejar de comer tortilla con chile es una cruz que tiene que cargar hasta su muerte y soñar en incluir frijoles -es un decir, están imposible de comprar- en su alimentación es pecado capital ya que eso a partir de esta semana pasa a calificarse como aspiración a mejorar la dieta y eso…es imperdonable.
No estamos descubriendo el agua hervida cuando referimos que el fenómeno de la migración de países como África donde sus habitantes sueñan con alcanzar España, Francia o donde sea, como los centroamericanos y mexicas con el sueño americano no es más que el reflejo de los que dejan su país aspirando tener una mejor vida empezando por comer.
La competencia entre los deportistas, la tabla de posiciones, el trofeo, el campeonato, la medalla y toda la exaltación a conquistar la cumbre es una manifestación de querer ser mejores aunque nos convertiremos en “aspiracionistas” y ser mejores en la justa, en la sobrevivencia, en la vida.
No logro entender al maestro rural que despacha en palacio nacional. El deseo y la intención de que su pueblo no salga de la pobreza y muerto de hambre puede parecerse a la historia de quemar los libros para que la gente no leyera llegando a calificarse como herejía para que dentro de su ignorancia siguiera dependiendo del maíz con gorgojo que tanto ha criticado el cocodrilo.
Tampoco comprendo por qué entonces el escalafón y los ascensos en la IP, en el gobierno para escalar los primeros lugares hasta llegar a la presidencia, como también podríamos equiparar la intención del ministro Zaldívar de extender su mandato dos años en la desvergüenza, pero con la voracidad de seguir en el poder. ¿Qué eso no es aspiracionista?
Ya veremos al propio cocodrilo a ver si no propone una consulta ciudadana para ver si el pueblo bueno quiere que se quede tres años más, que NO es re-elección, que no se confunda, porque no es lo mismo…que antes. minutochavaportillo@gmail.com