Minuto
Por CHAVA PORTILLO

De los padecimientos sociales que sufre desde siempre la humanidad se encuentran las migraciones. Un gran problema que no perdona color ni dogma, solo atiende las necesidades elementales de sobrevivencia empezando por la de comer, aunque algunas por fanatismo obliga a los pueblos a emigrar.
Así egipcios, griegos, filisteos, árabes o judíos en pos de tierra santa o africanos que llegaban al café de Rick´s en la eterna bella Casablanca, como los mexicanos con el sueño americano o los beliceños u hondureños que en un futuro se tendrán que conformar con quedarse en la selva chiapaneca paseando en el trenecito maya de la ilusión que para maldita sea la cosa para lo que sirvió la necedad del presidente López que los próximos días paseará orondo en su capricho.
El fenómeno que padecen los americanos de invertir más dinero y esfuerzo por contener a los espaldas mojadas que después servirán para mandar dólares que aliviarán la economía familiar y servir de trofeo para que lo presuman gobiernos mentirosos como si fuera una pieza cobrada con su fusil, cuando fue otra la escopeta.
Ahora los padrinos son los novios dice el refrán popular. Los guaridas “arregla todo” de la Guardia Nacional, los esbirros del Instituto Nacional de Migración y las autoridades municipales de Chiapas están más ocupadas en detener la negra marea humana de los centro americanos que su único pecado es no tener que comer y escogieron vivir al norte del rio Bravo y si se puede, ¿por qué no? en Houston o Chicago con su prole.
No hay sustento para algunos, como no existe disculpa para otros, unos no tiene que comer y los gringos se niegan a compartir hasta la migajas y si no, ahí está el sueño americano de los aztecas que eternamente son perseguidos por la migra.
Me irrita reconocer que el demente de Donald Trump tenía razón en alertar a los mastines migratorios para que con su muro de película dantesca ponerle alto a los que con su planta desean profanar su tierra americana y nosotros estamos más preocupados porque no lleguen a Mc. Allen que se enquisten en Huixtla o se suban a la bestia cargados de ilusiones, cuando en nuestra tierra o lo que queda de ella tiene más necesidad de mano de obra y no tendría empacho en ocuparlos.
Pero es como la idiosincrasia de PEMEX y su monarca que ni come ni deja comer, no explota sus yacimientos petroleros porque primero está la soberanía, aunque sirva lo que la lavativa al muerto. MENUDENCIAS: ¿Sorprende a usted las marranadas del asistente de Adrián el pequeñín alcalde de Monterrey? A mí tampoco. Las empresas fantasmas, jugosos contratos sin concurso y demás linduras son solamente la continuación de los contratos por veinte años que firmó el deshonesto pretenso candidato a gobernador y que felizmente…lo echaron a la basura.
Gracias vírgen de los remedios. minutochavaportillo@gmail.com