Minuto
Por CHAVA PORTILLO

Cuando usted esté leyendo esto, el presidente López debe estar por desayunar en Estados Unidos donde sostendrá una reunión con el señor Biden y el Ministro canadiense Trudeau obviamente con su obligado cubre-bocas porque dónde aprieta, no chorrea y en esas convocatorias no se permiten balandronadas populacheras.
Pero bueno, ya conocemos al cocodrilo que suele ser candil de la calle, oscuridad de la casa y muy seguramente le tienen que haber escrito los discursos con los que intentará no repetir los bodrios mañaneros que se extienden tres horas donde repite hasta el cansancio lo mismos epítetos frente a los corifeos que gustosos aplauden como focas rabiosas ante las respuestas preparadas y “editadas” por parte de Jesús Ramírez jefe de prensa del señor de palacio nacional.
Lo que más llama la atención es que sin salirse de la costumbre, el cocodrilo hace lo que se le viene en gana y ha invitado a su viajecito por las gélidas tierras norteñas unos cuantos funcionarios como la tía Tatis Cloutiher, tal vez porque su inglés no es muy fluido y de las pocas gracias que le conocemos a la paisana -sin ofender- es dominar el idioma americano muy bien ya que para eso estudió algunos años antes de la recomendación del caballista Poncho Romo que recién organizó y muy bien su “Gran Premio Ecuestre La Silla” donde suele traer a los mejores jinetes del mundo.
Pero decía, entre otros invitó al poeta rockero y agarra nalgas Hugo López-Gatell que tiene de epidemiólogo lo que este reportero tiene de japonés. El medico asesino recordarán ustedes que en el inicio de la pandemia salió con su estupidez primera que este virus no tenía de que preocuparnos, que sería una simple gripilla que no asustaba nadie. Más tarde llenándose la boca de estiércol declaraba el aprendiz de doctor que estaba comprobado que el cubre-boca no era de utilidad -quedando bien con su patrón- y que NO lo usaría.
Luego dijo el tontorrón que a los niños no era necesario vacunarlos y que cada vacuna que aplicaran a un adulto sería una posibilidad menos que tendríamos los vejetes como un servidor de sobrevivir. En pocas palabras, que se mueran los niños, mientras que respiramos los viejos.
Hoy todo ha cambiado. El presidente López usa cubre-bocas y su gato de angora también, además recomienda que los niños se vacunen porque es urgente, amén de que las vacunas que desaparecieron en los cuarteles de los soldados, aparecieron por milagro de dios y ahora resulta que tenemos vacunas suficientes hasta para regalar. ¡Haiga cosa!
Pero bueno, aquí nos tocó vivir dice Cristina Pacheco, mientras el cocodrilo se sigue peleando con Lorenzo Córdova por el rebaje a su presupuesto y exigencia de que realice la consulta de revocación de mandato para promover a su consentida pre candidata, seguimos diciendo: “esa película…ya la vi”
minutochavaportillo@gmail.com