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CHAVA PORTILLO

En el triángulo dorado de Jalisco, Zacatecas y Aguascalientes poblados cercanos como Yahualica, Encarnación de Díaz, Villa Hidalgo y Rincón de Romos se ubica una muy apreciada y admirada comunidad de Teocaltiche Jalisco de la que guardo gratos recuerdos y amigos entrañables como Pepe Solís y el inolvidable Mario González que, aunque se fue hace poco a la “pasta grande” se le sigue distinguiendo y recordando con harto cariño.
Por ahí deben andar sus vástagos, los ganaderos Ramón y Mario siguiendo la huella de su padre.
Con ellos recorrí los senderos a La Chona, Lagos, Tepa, Unión de San Antonio, Nochistlán y el meritito Guadalajara; ferias, carreras y peleas de gallos rematando muchas ocasiones en León pasando por Celaya, Salamanca y Apaseo el “inorme” -grande- con mi compadre Enrique González.
El lunes tarde la comunidad de Teocal se vistió de negro y reinó el silencio, una gavilla de más de cuarenta facinerosos del Cártel Jalisco Nueva Generación armados con artillería pesada incluidos drones de ultima moda y toneladas de municiones enfrentaron a civiles del poblado y unos cuantos infelices gendarmes que contaban con enmohecidas pistolitas calibre .38 colt caballito y unas cuantas Smith & Wesson pero con la más triste de las relatorías, con órdenes de retirarse del frente de batalla y no solo no repeler la agresión sino con toque de retirada, tal vez siguiendo la máxima de que soldado culero sirve para dos guerras.
Increíble que parezca la absurda orden de “abrazos, no balazos” es parte de la liturgia que los cuerpos policiales adoptan tal vez para hacer sentir conmiseración y lástima por parte de los canallas que abrieron fuego inmisericorde llenando de plomo a los pobres tecolotes y a ciudadanos de a pie que hacían hasta lo imposible por escapar corriendo como conejos.
Hasta cuándo va a modificar su estúpido razonamiento el presidente López con esa absurda idea y como manifiestan los asustados ciudadanos… que no nos ayude, pero que no nos estorbe, remembrando aquella frase revolucionaria cuando le preguntaron a un valiente, pero derrotado Gral. Pedro María Anaya al deponer las armas, ¿cuánto parque tiene? ¡Si tuviera parque, no estaría usted aquí!
Su amistad, tendencia o identificación con los carteles y sus brazos armados no es cosa que interese y si existe algún compromiso inalienable pudiera ser ignorado o hasta entendido por la kafkiana resolución de respetar a los malditos que trafican, buscando el perdón anticipado o la absolución que les devuelva la no agresión, pero las cosas cada día se ponen azul oscuro y es de todos conocido que los altos mandos militares están más ocupados en administrar las aduanas, aeropuertos, fabricas y bancos o lo que signifique dinero en efectivo y ¿la tropa?…que se las arregle como pueda, pagando con su vida si es necesario, que al cabo, para morir nacimos, mientras los generales y más arriba engordan sus chequeras como el caso del Gral. Isidoro Pastor Román Director del fracasado aeropuerto Felipe Ángeles.
Este pájaro de cuenta en su declaración anual 2020 reportó más de tres millones y medio de pesos contrastando con los 163 mil pesos que le pagan como servidor público, o sea, 20 veces más de lo que percibe como burócrata, además de ser descubierto por la compra de tres propiedades millonarias y cuatro vehículos donde destaca un M. Benz deportivo, una Nissan X Trail y dos Cadillac de contado y sin chistar.
Reiteramos lo que ya en una ocasión declaramos y publicamos, qué los militares ¿son marcianos?, ¿tienen cinco patas?, ¿cuatro ojos? o porqué ¿tienen que ser diferentes? Son tan honestos o corruptos como cualquiera, pero sus altos mandos los pusieron a manejar dinero y que los pobres policías y ciudadanos sigan abrazando y besando a los asesinos que pretenden tomar la plaza de Teocaltiche Jalisco como la de Fresnillo, Tlaltenango, Culiacán o Pátzcuaro, o qué… ¿a los soldados, ya se les enfrió el caldo?
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