Minuto
CHAVA PORTILLO
No entiendo el afán de querer enchuecar las cosas mintiendo cuando están derechas o negar el principio americano: si algo está funcionando, no le muevas.
La misteriosa “enfermedad” que sorprendió al presidente López ha causado más estragos secundarios que el mismo padecimiento, generándose múltiples pláticas de sobre mesa, chismes de cantina y permitiéndole a los amigos de la pluma dar rienda suelta a los supuestos de que, por un lado, aumentar la gravedad del famoso váguido creado por el mismo cocodrilo y convirtieran en infarto grave al “suocardio” colgándose de ahí infinidad de memes y maloras deseos asegurando que de esta, NO se levantaría.
Los escépticos están convencidos de que fue una perfecta “caja china” para desviar la atención y que los legisladores pudieran sacar adelante las propuestas, iniciativas, deseos y caprichos del cocodrilo, aún fuera necesario salir del recinto oficial, teniendo la urgencia de reunir al pleno en el patio central del viejo palacio de Xicoténcatl ante el regocijo de unos y obvio, reclamo de los otros.
Por consecuencia las fake news y las exageraciones tampoco se dejaron esperar y circuló con vertiginosa claridad que el presidente había desviado la ruta de vuelo a un poblado de Nayarit para atender asuntos personales y peligrosamente audaces como para estar presente en un hospital materno infantil que atendía la urgencia de una dama que registran como Geraldine Ponce.
Esta mujer que antes de ser alcaldesa de Tepic fue Miss Nayarit ha sufrido el “bulleo” por parte de los encargados de los chismes en los programas de espectáculos porque han visto que el gobierno federal la ha mantenido perene en la lista de los favorecidos en lo que apoyos incondicionales se refiere, cosa que no sucedía con aquel desparpajado y cínico personaje conocido como “Layín” que se hiso popular por declarar a la prensa que sí había robado, pero poquito.
La llegada de la cigüeña a la señora alcaldesa Ponce dio mucha tela para cortar y circularon fotos de la parturienta y la cría creando comentarios de que se quería conocer al verdadero padre de la criatura, generando un sinfín de comentarios sin sustento, pero con lascivia exagerada.
Eso es lo que producen las malas consejas de ocultar la verdadera causa y exacta dimensión del “soponcio” presidencial, porque dígame usted ¿qué caso tenía hacer tanta faramalla? Salvo que esta haya sido la verdadera intención y deseo de querer hacer una tempestad en un dedal de agua para que los diputados y senadores hicieran de las suyas y la opinión pública se abstuviera de recordarle a la autora de sus días del saurio tabasqueño.
En resumen: por un lado, no fue una afección menor sino una verdadera trombosis cerebral que a punto estuvo de llevárselo a su rancho. Por otro, fue cuento vil y cochino, creando conmiseración que le encanta sentir del pueblo bueno y sabio. O la peor de las premisas, que no hubo infarto, ni Covid 19, ni soponcio ni nada y solo tenía que estar presente en un evento no apto para caballeros decentes, sobre todo, casados.
minutochavaportillo@gmail.com